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Una sola noche

Los frutos de un árbol borde

Los Conservatorios en la Comunidad Valenciana apestan. Y siguen produciendo frutos aparentemente decentes porque hay muchos músicos y mucho talento, pero aún así empezamos a no ser predominantes en las orquestas nacionales como éramos antes. En la JONDE hay ahora muchos más vascos, canarios, catalanes o andaluces que antes, y menos valencianos. Y eso es por algo.

Cuando un sistema no tiene control, se vuelve facilísimo de manipular. En el sistema educativo musical valenciano no existe ningún mecanismo de control, y los abusos se vuelven la norma. Los alumnos tienen miedo (¿a qué, cuando tienen la razón?) a las represalias, los padres están desorganizados entre ellos y son pasotas en general (la música sigue siendo una actividad extraescolar, no lo olvidemos). Los profesores son víctimas y parte de un sistema mafioso en el cual todo el mundo debe favores o recela de los favores que pueda necesitar en un futuro. La inspección da risa, y está metida hasta las cejas en el mamoneo de los que tienen la sartén por el mango. Las altas instancias de Conselleria ven a los conservatorios como una especie de salvaje oeste donde es mejor no meterse, y cada cual que campe como pueda.

Los frutos: un sistema cerrado sobre si mismo (en muchos aspectos parecido al Universitario, pero con más estrechez de miras), donde cada uno hace la guerra por su cuenta intentando no perder el sitio y donde todo da igual. Estoy harto de oír casos de ilegalidades que se castigan con la cárcel (y no exagero en absoluto) relativas a oposiciones, exámenes de alumnos, funcionamiento interno de los centros, etc. y no pasa NADA.

Mi única esperanza es que un grupo de alumnos y sus padres se organicen y tiren de la manta, encabezados por un buen abogado, y entonces esto empiece a parecerse a un sistema organizado y no un teritorio comanche.

Bona nit

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