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Una sola noche

Una semana fugaz

¡Cómo pasa la semana! El sábado se casa una amiga muy íntima, de esas que Dios te regala de vez en cuando, a las que puedes acudir cuando tienes problemas de verdad. Ella me ayudó en mis crisis, disfrutó mis mejores momentos y (también hay que decirlo) fue ayudada por mí cuando lo necesitó.

Yo soy una persona muy despegada con la gente. A mis mejores amigos los trato muy mal, no los cuido nada, y precisamente por eso valoro los que quedan después de los años, que son los que aguantan mi dejadez hacia ellos. Pero mi cabeza no se olvida de ellos, y estoy convencido que los echaría de menos más de lo que yo mismo creo.

Ahora estoy liadísimo preparando el regalo para esta amiga, que me gustaría que fuera algo personal, pero como siempre se me echa el tiempo encima, no va a poder ser lo que yo quisiera que fuese. Pero estoy seguro que le encantará, porque la música es para mi amiga lo mismo que para mí, es decir, parte de la vida, la manifestación más cercana de Dios en la Tierra.

Mañana os cuento más cosas.

Bona nit

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