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Una sola noche

Mi abuelo

Sabéis que toco el violín, pero no os he contado nunca que yo toco el violín porque mi abuelo lo tocaba, y empecé a estudiar con él, hasta su muerte. Cuando yo acababa en el colegio a las 5, llegaba a casa, cogía el violín y me iba todos los días a casa de mi abuelo a dar "la clase". La clase era hacer escalas, ejercicios de mecanismo, Kayser (un libro de estudios que yo no tuve que comprar porque mi abuelo ya lo tenía, y ponía en la portada: "3'50 ptas") y lo que tocara en ese momento en el Conservatorio.

A mí, con 11 años, no me gustaba nada ver como mis amigos se quedaban a jugar al fútbol en el patio del colegio y yo me tenía que ir a hacer notas largas y escalas aburridas delante de una imagen de la Virgen (en la habitación donde dábamos la clase tenía un cuadro de la Virgen con una leyenda en latín que ponía "Sancta Maria, filios tuos adiuva", lo cual era para mí poco menos que serbo-croata, sobre todo esa palabra "adiuva", escrita con letra manuscrita en la que no se distinguían muy bien la u, la v y el punto de la i). De más mayor me he dado cuenta de lo importante que fue aquello para mi vida, y lo importante que fue para los últimos años de mi abuelo.

Bona nit.

1 comentario

el del quinto -

Seguramente la lección más importante de aquellas tardes no tenía nada que ver con el violín.
Y tú tardaste años en verlo, pero tu abuelo ya lo sabía entonces...